
Una vajilla desinfectada es un seguro de vida
Siempre es importante mantener los platos y cubiertos limpios y desinfectados, pero con más razón lo es si estamos acostumbrados a recibir invitados en casa o somos muchos quienes vivimos en ella. ¿Por qué es un tema que nos trae de cabeza? Porque generalmente no sabemos ni cómo limpiarlos correctamente, ni cómo llevar a cabo un adecuado proceso de desinfección.
Dos razones principales nos han llevado a considerar importante lo que os contamos en este post. La primera y más importante es la prevención de enfermedades por transmisión de gérmenes; y la segunda… es un mero capricho: que nuestra vajilla luzca como el primer día.
Limpieza por tipos de vajilla
Como cada vajilla requiere de un tipo de limpieza y tratamiento distinto, a continuación os contamos cómo lavar adecuadamente una vajilla según el material con que esté fabricada:
Vajillas de loza y cubiertos de acero inoxidable
Es el tipo de vajilla que predomina diariamente en los hogares medios. Utilizando bicarbonato o vinagre en el lavado, los platos recuperarán su color y brillo originales.
Por otro lado, los cubiertos de acero inoxidable, que son aquellos que usamos normalmente en casa, bastará con sumergirlos en una olla o cazuela con agua hirviendo y detergente para platos durante cinco minutos. Por otro lado, frotar los cuchillos con un corcho cortado hará que queden mucho más brillantes que si solo le das con el estropajo.
Utensilios de madera
Este tipo de cubierto que utilizamos para cocinar y en ocasiones, para servir nuestros guisos, es mejor lavarlo a mano que en el lavavajillas. En este caso el truco está en untar el utensilio con aceite después de lavarlo y secarlo, y quedarán como nuevos.
La porcelana
Lo mejor en este caso es lavarlo a mano, pues es un material delicado. Si utilizáramos un lavavajillas para una vajilla de porcelana, ésta podría perder calidad, sobre todo si tiene motivos de oro o plata.
Desinfectar la vajilla
Vamos a llenar un recipiente o fregadero (si tenemos más de un seno) con agua y vamos a añadir un chorro o una cucharada sopera de lejía. El proceso es similar a cuando lavamos a mano los cacharros, pero en esta ocasión sumergiremos cada utensilio en el recipiente con lejía después de ser enjabonado y aclarado con agua. Lo sacamos, lo dejamos en alto mientras escurre bien el agua con la lejía por el plato o cubierto y luego se deja secar en el escurridor, o lo hacemos nosotros con un paño de cocina limpio.
¿Has limpiado y desinfectado ya tu vajilla?
Imagen ilustrativa
Gracias a Nacho Rascón por la imagen.