Puede parecer que este artículo está escrito para tontos, pero no es un tema baladí. Charlando el otro día con nuestra consultora SEO nos dimos cuenta de que cuando buscas en Google “asiento de WC” o “de inodoro” el buscador te devuelve 1.860.000 resultados en los que la mayoría de ellos hablan de tapa y asiento como si fueran lo mismo. Y si buscamos “tapa de wáter” (o inodoro, o WC, o como buenamente te guste llamarlo) ocurre algo similar.

En este artículo pretendemos aclarar de una vez por todas cuál es la diferencia entre la tapa y el asiento de un inodoro.

¿Qué es un inodoro?

Un inodoro o WC es en sí un conjunto de elementos o piezas unidos. Dos de esas piezas son de las que vamos a hablar en este post, para que salgáis de dudas.

La tapa del WC

Usemos la lógica. ¿Para qué sirve una tapa generalmente? Nos da igual de lo que estemos hablando, si de un inodoro o la tartera que te llevas al trabajo todos los días para comer allí. Una tapa o tapadera sirve para tapar, para evitar que se vea, se vierta o huela algo. ¿Qué entendéis cuando os dicen que bajéis la tapa del WC? Pues eso. Quiere decir que bajéis esa pieza que está colocada por encima de todas y que es totalmente opaca. Es lo que se ve en la siguiente imagen:

El asiento del WC

Esto es el asiento del inodoro

Ahora que ya sabemos qué es una tapa, para qué sirve y cómo aplicamos esto al mundo de los cuartos de baño, vayamos con el asiento del inodoro. ¿Para qué sirve un asiento? Para sentarse. Sí, ya sabemos que en la tapa también puedes sentarte, pero en el caso de un inodoro no es esa la función. Te sientas en la pieza que generalmente está debajo de la tapa, el asiento, ese elemento a través del cual puedes ver lo que se cuece ahí dentro, donde verdaderamente te sientas para hacer tus necesidades.

Es importante tener esta diferencia en cuenta pues hay empresas comercializadoras que las venden juntas, como si fueran lo mismo.

¿Entendías la diferencia entre la tapa y el asiento del wáter?